Para el onceavo año de FCCMT, nos pareció apropiado cubrir otro elemento esencial del canon musical, Fiddler on the Roof, o como lo llamamos aquí, El Violinista en el Tejado. Con casi 40 actores, nuestro elenco más grande hasta la fecha, interpretar este musical no fue en lo absoluto una hazaña pequeña.
El musical es querido por la gente de Monteverde: el DVD de la versión de la película se ha pasado de mano en mano durante años. Es una historia con la que se pueden relacionar, una de personas humildes situadas en un pueblo pequeño y aislado pero muy unido. La tradición es una gran parte de lo que compone Monteverde. Sin tradición, el pueblo no tendría ningún ritmo, ninguna tendencia conducente para vivir. Basado en las historias de Tevye the Dairyman escrito por Sholem Aleichem, el musical nos lleva a la Rusia imperial y se centra en una aldea de judíos y su eventual desalojo de Rusia. Una premisa como esta encajaría cómodamente en un triste drama de época, pero lo que distingue a Fiddler es un acercamiento al material que es caprichoso y animado sin estropear los momentos serios, y la capacidad de relacionarse con prácticamente cualquier audiencia. Las canciones son un deleite. Estilísticamente, la tendencia concurrente es la música judía tradicional, pero está claro que la música contiene más un toque estadounidense contemporáneo. Desde los sabores de vals que destacan "Matchmaker, Matchmaker" y "Sunrise, Sunset" hasta la bombástica esencia operatica de "Tevye’s Dream", cada pieza está bellamente orquestada, de modo que incluso nuestra humilde banda de 11 piezas estaba llena de vida y color. Las letras son apretadas y silábicas, combinadas perfectamente con las frases rápidas y lineas singulares de estilo vaudevillian que conforman el diálogo. Pero el mayor triunfo del musical está en sus personajes. Aunque la mayoría del ellos son judíos devotos, uno no necesita ser judío para disfrutar de la obra. De hecho, uno ni siquiera necesita ser religioso. Te relacionas con las luchas de estos personajes más allá de su fe, porque todos son humanos, todos son encantadores y es fácil identificarse con ellos, y todos tienen fallas. Eso es lo que le da a Fiddler ese poder de permanencia. Que es capaz de respirar vida humana a tal concepto. (Por Jaden Eckel, con revisiones de Eileen Joseph) |